lunes, 23 de noviembre de 2009
Anatomia general de:
Un insecto
Anatomía externa
El cuerpo de los insectos está formado por tres regiones principales (denominadas tagmas): cabeza, tórax y abdomen, uniformemente recubiertas por un exoesqueleto.
Esquema de un coleóptero en vista dorsal para mostrar la morfología externa de un insecto. Referencias: A: Cabeza, B; Tórax, C: Abdomen; 1: antena, 2: mandíbula; 3: Labro; 4: Palpo maxilar; 5: Clípeo, 6: Frente; 7: Vértex; 8: Pronoto; 9: Escutelo; 10 élitro (= primer par de alas); 11: abdomen; 12: estigma; 13, 14 y 15: patas (pares anterior, medio y posterior)
Exoesqueleto
Cutícula (artrópodos)
El exoesqueleto o ectoesqueleto es el esqueleto externo que recubre todo el cuerpo de los insectos y demás artrópodos y que también se conoce como integumento. En insectos está formado por una sucesión de capas; de adentro hacia afuera éstas son: la membrana basal, la epidermis o hipodermis y la cutícula; la única capa celular es la epidermis; el resto no posee células y está compuesto por algunas de las siguientes sustancias: quitina, artropodina, esclerotina, cera y melanina. El componente rígido, la esclerotina, cumple varios papeles funcionales que incluyen la protección mecánica del insecto y el apoyo de los músculos esqueléticos, a través del llamado endoesqueleto; en los insectos terrestres, el exoesqueleto también actúa como una barrera para evitar la desecación o pérdida del agua interna. El exoesqueleto apareció por primera vez en el registro fósil hace unos 550 millones de años y su evolución ha sido crítica para la radiación adaptativa y la conquista de casi todos los nichos ecológicos del planeta que los artrópodos han venido realizando desde el Cámbrico.
Cabeza
La cabeza es la región anterior del cuerpo, en forma de cápsula, que contiene los ojos, antenas y piezas bucales. La forma de la cabeza varía considerablemente entre los insectos para dar espacio a los órganos sensoriales y a las piezas bucales. La parte externa endurecida o esclerosada de la cabeza se llama cráneo.
La cabeza de los insectos está subdividida por suturas en un número de escleritos más o menos diferenciados que varían entre los diferentes grupos. Típicamente hay una sutura en forma de "Y" invertida, extendiéndose a lo largo de la parte dorsal y anterior de la cabeza, bifurcándose por encima del ocelo para formar dos suturas divergentes, las cuales se extienden hacia abajo en los lados anteriores de la cabeza. La parte dorsal de esta sutura (la base de la Y) es llamada sutura coronal y las dos ramas anteriores suturas frontales. Por otra parte, la cabeza de los insectos está constituida de una región preoral y de una región postoral. La región preoral contiene los ojos compuestos, ocelos, antenas y áreas faciales, incluido el labio superior, y la parte postoral contiene las mandíbulas, las maxilas y los labios.
Ojos compuestos de un odonato.
La mayoría de los insectos tienen un par de ojos compuestos relativamente grandes, localizados dorso-lateralmente en la cabeza. La superficie de cada ojo compuesto está dividida en un cierto número de áreas circulares o hexagonales llamadas facetas u omatidios; cada faceta es una lente de una única unidad visual. En adición a los ojos compuestos, la mayoría de los insectos posee tres ojos simples u ocelos localizados en la parte superior de la cabeza, entre los ojos compuestos.
Antena (anatomía)
Son apéndices móviles multiarticulados. Se presentan en número par en los insectos adultos y la mayoría de las larvas. Están formadas por un número variable de artejos denominados antenómeros o antenitas. El cometido de las antenas es eminentemente sensorial, desempeñando varias funciones. La función táctil es la principal, gracias a los pelos táctiles que recubren casi todos los antenómeros; también desempeñan una función olfativa, proporcionada por áreas olfativas en forma de placas cribadas de poros microscópicos distribuidas sobre la superficie de algunos antenómeros terminales. También poseen una función auditiva y a veces una función prensora durante la cópula, al sujetar a la hembra. Están formadas por tres partes, siendo las dos primeras únicas y uniarticuladas y la tercera comprende un número variable de antenómeros y se denominan respectivamente: escapo, pedicelo y flagelo o funículo.
Piezas bucales
Son piezas móviles que se articulan en la parte inferior de la cabeza, destinadas a la alimentación; trituran, roen o mastican los alimentos sólidos o duros y absorben líquidos o semilíquidos. Las piezas bucales son las siguientes:
* Labro (labio superior o labio simple). Es un esclerito impar de forma variable con movimientos para arriba y para abajo; es el techo de la boca y se articula con el clípeo. En su parte ventral o interna está localiza la epifaringe, que no es una pieza libre, está levemente esclerosada; su función es gustativa.
* Mandíbulas. Son dos piezas simples, dispuestas lateralmente bajo el labio superior, articuladas, resistentes y esclerosadas. Su función es masticar, triturar o lacerar los alimentos. En algunos adultos pueden faltar siendo totalmente ausentes o vestigiales en la totalidad de los lepidópteros y efemerópteros.
* Maxilas. En número de dos, están situadas detrás de las mandíbulas. Articuladas en la parte lateral inferior a la cabeza, son piezas auxiliares durante la alimentación. La hipofaringe es una estructura saliente, localizada sobre el mentón con función gustativa. Se asemeja a la lengua. Las maxilas poseen un palpo maxilar cada una.
* Labio (labium). Estructura impar resultado de la fusión de dos apéndices situada bajo las maxilas y que representa el suelo de la boca; presenta dos pequeños palpos labiales.
Aracnido
Las arañas son animales depredadores que paralizan a sus presas con el veneno de sus quelíceros. La mayoría de las arañas inyectan enzimas digestivas en la presa, realizando una digestión externa, al menos parcial. Muchas mastican a la presa parcialmente con dientes que forman parte del artejo basal de los quelíceros. Ahí se localizan también comúnmente pelos que permiten en muchos casos filtrar eficazmente el alimento, separando las partículas sólidas del líquido.
Al principio del tubo digestivo se sitúa una faringe o estómago de función suctora. Desde la mitad del prosoma y hasta el final del opistosoma se extiende el intestino medio, dotado generalmente de divertículos, que en algunos casos se extienden incluso a las patas. La digestión química se realiza sólo parcialmente en la luz del intestino, siendo fagocitadas partículas cuya digestión enzimática se completa de manera intracelular.
El aparato circulatorio es de tipo abierto, como en todos los artrópodos, con un corazón dorsal tubular situado en la parte dorsal anterior del opistosoma, en cuya superficie se marca su presencia por un surco cardíaco. Es posible en algunos casos percibir sus latidos, de 30 a 100 por minuto, más numerosos en las arañas más pequeñas. La hemolinfa es bombeada al corazón desde una cavidad pericárdica y proyectada fuera de él con energía. La elevada presión se ha interpretado como signo de una función hidráulica, que podría jugar un papel en el movimiento de las patas. La presión se duplica durante la muda. La hemolinfa, según es normal en los artrópodos, carece de células pigmentarias, pero no de pigmentos transportadores, que son en este caso hemocianinas, de color azulado. La extensión de los vasos es limitada, y afecta, como es normal en sistemas abiertos, sobre todo a los órganos respiratorios.
La respiración se realiza por órganos internalizados, normal en animales de vida aérea, que en este caso son pulmones en libro o filotráqueas (a veces llamados tráqueas en libro), uno o dos pares que se abren en la parte mediana y ventral del opistosoma anterior. Tienen una estructura plegada, lo que multiplica la superficie de intercambio, y a través de ellos la hemolinfa circula canalizada por vasos. Muchas arañas tienen también un sistema traqueal que no es homólogo al de los insectos.
La excreción se realiza por glándulas coxales no muy desarrolladas y por tubos que desembocan en el intestino análogos a los tubos de Malpighi de los insectos.
Molusco
el volumen interno delimitado por el manto se denomina cavidad paleal, y se abre al exterior de ésta en dos puntos: los dos sifones, uno inhalante y otro exhalante, y la apertura del pié. Este es un órgano musculoso, similar al pié con el que se arrastran los caracoles, y que le sirve a la almeja para enterrarse en los diversos substratos en los que vive.
En el interior de la citada cavidad paleal se puede ver la masa corporal, rodeada de dos láminas de color crema a ambos lados.
Estas láminas son las branquias, el órgano más característico de estos moluscos. De ahí que también se les llame lamelibranquios.
Estas branquias tienen una doble función: el intercambio gaseoso que permite la respiración (captación de oxígeno y liberación de anhídrido carbónico) y, sobre todo, la filtración del alimento.
Las branquias y la alimentación
Los bivalvos se nutren de partículas orgánicas microscópicas, elementos del fitoplancton en general, menores de 20 milésimas de milímetro, que se encuentran suspendidas en el agua. Este tipo de partículas se puede dar en cantidades muy variables, desde menos de un millón por litro, que difícilmente pueden sostener población alguna de bivalvos, hasta 50 y 100 millones por litro, óptimas para el crecimiento de densos bancos. En las rias Bajas gallegas, esta concentración puede variar entre 2 y 25, dependiendo del lugar, la época del año, la marea y los distintos stocks de animales filtradores que viven de este alimento. Huelga decir que no todos los tipos de partículas orgánicas de este tamaño tienen el mismo valor nutritivo.
Gracias a las células epiteliales ciliadas y mucosas que recubren la branquia, un complejo mecanismo de corrientes y contracorrientes en la cavidad paleal lleva las partículas seleccionadas, embebidas en moco, hasta los palpos labiales y la boca, que se encuentran en la parte anterior de la masa corporal (la opuesta a los sifones en la almeja, o la próxima a la parte puntiaguda en ostras y mejillones).
Este tipo de alimentación hace que los bivalvos colonicen los estuarios o desembocaduras de los ríos en sus partes medias y bajas o las zonas marinas próximas, lugares todos ellos en los que el aporte de nutrientes por el río y el tiempo de retención de estos en el estuario permiten que proliferen los citados elementos del fitoplancton.
Anfibio
Los Anfibios presentan dos formas básicas en su anatomía externa: la de tritones, salamandras y gallipatos, con cuerpo alargado y una cola bien desarrollada; y la de las ranas y sapos, que carecen de cola y tienen el cuerpo más rechoncho o abombado. Tanto unos como otros son de escasa altura. Las extremidades se dirigen lateralmente; en las ranas se distingue un par posterior mucho más desarrollado que les faculta para dar largos saltos. Las formas de vida acuática suelen poseer membranas interdigitales para nadar mejor.
Los tritones, salamandras y gallipatos (Urodelos) se caracterizan, además de por su cuerpo alargado, por presentar una cola bien desarrollada
Los Anfibios respiran por pulmones (salvo las larvas, que lo hacen por branquias). Los pulmones consisten en dos sacos pequeños que se sitúan detrás y a ambos lados de la faringe, separados de ésta por una superficie cartilaginosa llamada glotis. Aspiran el aire a través de las fosas nasales que comunica con la cavidad bucal, motivo por el que deben cerrar forzosamente la boca durante ese acto. También pueden recibir oxígeno a través de la piel (que carece de escamas y está muy vascularizada), contribuyendo a la función respiratoria de manera importante.
La piel de los anfibios posee numerosas glándulas agrupadas que presentan una superficie muy granulada
La piel está constantemente húmeda, esto es debido a la secreción de numerosas glándulas mucosas que poseen, las cuales pueden estar muy agrupadas presentando una superficie muy granulada, como suele suceder en muchas especies de sapos. Determinadas especies disponen de glándulas salivares parótidas transformadas, capaces de realizar secreciones toxicas de carácter defensivo.
En la anatomía interna de los Anfibios se distingue un esqueleto en cuyas extremidades aparecen varios segmentos óseos, con adaptaciones para la locomoción en el medio terrestre. Las extremidades anteriores poseen tres segmentos: el húmero; el radio-cubital (dos huesos fusionados); y el tercero compuesto por una serie de huesos carpianos, metacarpianos y falanges de cinco dedos. Las extremidades posteriores se distribuyen en número y forma similar: el fémur; el tibio-peroneo (dos huesos fusionados); y el conjunto de tarsianos, metatarsianos y las falanges de los cinco dedos del pie. Es de destacar que este esquema de extremidades básico se repite en el resto de vertebrados, tanto reptiles, como aves y mamíferos, salvo algunas modificaciones de adaptación a los distintos tipos de locomoción.
El aparato circulatorio de los Anfibios presenta un corazón con un ventrículo y una aurícula dividida en dos cavidades por lo que, en comparación con los peces, se mejora la separación de la sangre arterial y venosa.
Anatomía de la rana
El sistema nervioso de los Anfibios, aunque con escasos cambios, si está muy mejorado en lo que respecta a los órganos sensitivos. Por ejemplo, se aprecia por primera vez una capacidad para captar sonidos, al aparecer un hueso en el oído medio llamado columela, apoyado en la membrana del tímpano por un extremo (el otro extremo se apoya en la ventana del oído interno). También se distinguen ojos con dos párpados con una membrana lateral (nictitante). No se aprecia un olfato especialmente desarrollado, aunque sí existe capacidad para detectar el olor de los alimentos, gracias al órgano vomeronasal que se sitúa en el interior de las fosas nasales. También existen receptores táctiles dispersos por la piel, capaces de captar sensaciones de frío, textura, etc.
El tubo digestivo está básicamente constituido de las mismas partes que la mayoría de los vertebrados. El aparato excretor ya muestra alguna modificación importante, tal como la aparición de vejiga urinaria en el grupo de la subclase de los Anuros, así como la reducción de la longitud de los riñones.
Los Anfibios son ovíparos. La reproducción es por sexos separados, mediante fecundación externa (ésta se realiza siempre en el agua). Los huevos y larvas se desarrollan en el agua y sufren una acusada metamorfosis.
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